Nunca se es del todo cristiano

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               Le envió un e-mail. «Hoy he almorzado con tu padre. Es un hombre encantador, sabio, bueno. Feliz Navidad». Ella contestó: «Tan bueno, tan sabio, que el día que lo pierda, no encontraré ni norte ni sur». El interlocutor lo comentó con el padre de la mujer. «Gracias, pero me conformaría con el calificativo de ‘creyendo consecuente con el Evangelio’. ¡¡¡Que Dios me ayude en todo momento!!! Cordialmente Paz y bien ahora y siempre».

               Esta aspiración humana a la coherencia cristiana puede formularse de otro modo. Una persona que intenta ser cristiana nunca lo es del todo. Nunca se es del todo cristiano. Siempre se puede pedir perdón mejor. Siempre se puede perdonar mejor. Siempre se puede creer mejor. Siempre se puede esperar mejor. Siempre se puede amar mejor. Siempre se puede orar mejor. Siempre se puede ser más demócrata, más libre, más solidario, más soberano. Siempre el hombre y la mujer, en cualquier circunstancia, pueden dejarse llevar mejor por el espíritu del hombre Jesús que pasa por el mundo haciendo el bien y se dirige a Dios como padre bueno. También en esta Navidad del 2016/17

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