A un militar español, católico o no

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1. ¡Qué revuelo por las declaraciones del jefe del Estado Mayor del Ejército de Tierra, general Jaime Domínguez Buj (foto). Habla de España y Catalunya, de metrópoli y colonia, de los siglos XIX y XXI, de Gobiernos e intervenciones militares. Después se hacen precisiones. Y pueden hacerse algunas consideraciones de manera civilizada, con las únicas armas del diálogo y del respeto, a pesar de las diferencias que pueda haber, sin amenazas y sin miedo. Ya no hay miedo en la Europa democrática del siglo XXI.

2. Una consideración válida para cualquier persona responsable y de buena voluntad, incluidos los militares españoles, católicos o no, creyentes o agnósticos, es la serie de gestos y palabras del papa Francisco. Actuaciones papales en conflictos en tantos pueblos del mundo.

3. Francisco está en contra de la fuerza y de la guerra. Dice: «Señor, ayúdanos. Danos tu paz, enséñanos tu paz, guíanos tú hacia la paz. Abre nuestros corazones. Danos valentía para decir: ¡Nunca más la guerra! Con la guerra todo se destruye. Nunca la violencia lleva a la paz. La guerra llamada guerra. La violencia llama violencia». Cita a su predecesor: «Benedicto XVI advirtió que toda guerra es una matanza inútil. La guerra arrastra a los pueblos a una espiral de violencia que es difícil de controlar. La guerra no es nunca un medio satisfactorio para reparar injusticias y lograr soluciones equilibradas para las discordias polítiques y sociales». Francisco formula una invitación que puede ser atendida por cristianos y por gente de buena voluntad. Dice: «Invito a todos a mirar a Jesús crucificado por entender que el odio y el mal son derrotados con el perdón y el bien, para comprender que la respuesta de la guerra aumenta sólo el mal y la muerte».

4. Sobre las armas hay en el Evangelio de Mateo el episodio de la detención de Jesús (26, 42-52). El traidor Judas, acompañado de mucha gente con espadas y palos, vienen de parte de los sumos sacerdotes y ancianos del pueblo, a detener a Jesús de Nazaret. Uno de los que estaba con Jesús puso la mano a la espada, la desenvainó y, de un golpe, cortó la oreja del criado del sumo sacerdote. Jesús le dice: «Guarda tu espada en su  vaina, pues todos los que empuñan espada, a espada morirán».

5. Estas palabras de Jesús son proféticas. Para los cristianos, incluídos el cardenal Antonio Cañizares,  y para  muchas personas de buena voluntad,  el Evangelio de Jesús ha de estar por encima de constituciones, leyes,  ordenanzas, querellas. 

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