Del eje Moscú / Madrid / Rabat, libéranos Señor

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La muerte invasora y la violación de los derechos de las personas y de los pueblos ronda Europa desde el oeste al este. Desde la invasión de Ucrania por parte de la Rusia de Vladimir Putin, que un día condecoró al padre del rey Felipe VI, al pacto entre Marruecos del rey Mohamed VI y la España del presidente Pedro Sánchez que viola el derecho de autodeterminación del Sáhara Occidental.

2.- El eje Moscú / Madrid / Rabat viola el derecho de autodeterminación y la soberanía de Kosovo, Ucrania, Sáhara Occidental, Catalunya. Impone por la fuerza su autoritarismo contra el mecanismo democrático del referendum. La autocracia autoritaria marroquí aplica al pueblo saharaui el sistema represor que el régimen borbónico español aplica al pueblo catalán. Nada de referéndum, nada de reconocimiento nacional, sólo una especie de autonomismo desautonomizado.

3.- Este eje Moscú / Madrid / Rabat perjudica profundamente la convivencia y las relaciones de los pueblos en libertad. Provoca un impacto emocional, personal, social, económico en la ciudadanía, entre los demócratas, también entre los creyentes que intentan vivir según el mensaje liberador, solidario y esperanzador del Evangelio y tienen en cuenta la Doctrina Social de la Iglesia que choca con la postura del eje Moscú / Madrid / Rabat.

4.- El Evangelio del tercer domingo de Cuaresma (Lucas 13, 1-9), por ejemplo, expone un episodio en el que Jesús anima a todo el mundo a dar fruto. Se entiende fruto de bondad, solidaridad, humanidad. Algunos comentaristas citan a San Ireneo de Lyon, que vivió en los tiempos iniciales del cristianismo. «La gloria de Dios es que el hombre viva y la del hombre es la visión de Dios». Para los cristianos, de fe o de cultura, la solidaridad con los demás, la vida de los seres humanos, el respeto a la libertad de las personas y de los pueblos, y la gloria de Dios sintonizan plenamente. Queda justificada un clamor y una plegaria surgida desde el fondo de la humanidad: “Del eje Rusia / España / Marruecos, libéranos Señor”.

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