Coronavirus. Pedro Sánchez debe rectificar

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Los ciudadanos, en el sentido más bello de la palabra, tienen unos primeros deberes cívicos para superar el coronavirus … y Pedro Sánchez tiene el deber de rectificar su actuación

 

1. Hacer caso a lo que recomienden los expertos es hoy el primer deber cívico para superar la pandemia. Y es que el coronavirus actúa sobre la humanidad como aquel asteroide que cayó hace millones de años en la Tierra y liquidó a los dinosaurios. Hay que sobrevivir y vivir.

2. Hay a su vez otros primeros deberes cívicos. Aceptar con humildad la fragilidad de la condición humana. La devastadora pandemia se produce en un mundo de altísimo nivel tecnológico y científico como nunca había tenido. Parece que la humanidad tiene un poder ilimitado … pero la realidad, el sufrimiento y la muerte demuestran que se trata de otro de tantos ídolos que ha habido a lo largo de la historia.

3. Otro primer deber cívico consiste en liberarse de la tentación de volver al refugio de las cavernas, o de abrazarse a un sistema autoritario o dictatorial. Las personas y los pueblos no pueden renunciar a los valores de la democracia, la convivencia, la solidaridad, los derechos humanos, los derechos y las libertades de todas las personas y de todos los pueblos.

4. Otro primer deber es reconocer que la pandemia no puede ser tratada en todas partes de la misma manera como pretendía el Gobierno de Pedro Sánchez, quizás con la intención de consolidar la unidad de España por encima de todo. Los hechos demuestran que el virus incide de manera diferente según las características de cada territorio y según la gestión que se haga para hacer frente a la pandemia. Un ejemplo. La gestión es mucho mejor en Alemania y Portugal que en España donde el número de infectados y de muertos es muy elevado. La España del «mando único competente» debe analizar de manera urgente que hace mal y como es, en cambio, que Alemania y Portugal lo hacen bien.

5. Pedro Sánchez debe rectificar y dejar de ser el caudillista «mando único competente». El dilema es volver al régimen predemocrático o mantener el proceso de profundización democrática,

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