Dios y Padre nuestro, Señor de la Historia,
habéis elegido el pueblo de Israel
para mostrar a todos los pueblos
que no hay colectividad humana,
por pequeña e indefensa que sea,
que no merezca ser respetada y tenida en cuenta.
Ayúdadnos a mantener la esperanza
para los derechos naturales de Catalunya
como pueblo soberano
sean finalmente reconocidos
y podamos pronto celebrar con las garantías pertinentes
un referéndum vinculante de independencia.
Haz, Señor,
que todos los que veneramos tu santo Nombre,
independientemente de los propios sentimientos
para con España y Catalunya,
defendamos la libertad y la dignidad
de las personas y de los pueblos,
y trabajemos eficazmente
por un nuevo marco jurídico justo y respetuoso
entre los pueblos hispánicos y entre todos los pueblos del mundo.