Elisenda Paluzié (2) Las Repúblicas Bálticas se expresaron en referéndum a pesar de la URSS

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La segunda parte del artículo «El referéndum sobre la independencia. Ejemplos en aplicación del derecho a la autodeterminación «, de Elisenda Paluzié. Trata sobre las Repúblicas Bálticas.

               Las repúblicas bálticas hicieron un proceso en tres fases para independizarse de la URSS de Gorbachov. En un primer momento apelaron a la no validez de la ocupación y anexión soviética de 1940 fruto del pacto germano-soviético y sus Parlamentos hicieron declaraciones de restauración de la independencia. En Lituania, la declaración de restauración de la independencia del 11 de marzo de 1990 era más clara. Letonia y Estonia prefirieron hacer declaraciones de soberanía que daban inicio a un proceso gradual de secesión de la Unión Soviética.

               Las tres repúblicas invocaron el Derecho Internacional, basándose en el hecho de que la anexión soviética la había violado. Ahora bien, estas declaraciones iniciales no conllevaron el reconocimiento de ningún Estado. La Conferencia para la Seguridad y la Cooperación en Europa (CSCE) les rechazó la entrada. Kohl y Mitterrand emitieron un comunicado el 26 de abril de 1990 donde reconocían la validez de la declaración de independencia de Lituania pero le pedían suspenderla y no reconocieron el Estado restablecido. En aquel momento los países europeos y Estados Unidos apoyaban las reformas de Gorbachov y priorizaban el mantenimiento de una Unión Soviética unida que se transformara gradualmente en una democracia.

          De hecho, la existencia del derecho a la independencia por estas naciones era clara. Pero el derecho internacional no clarificaba cuál era el método apropiado para independizarse, ni si lo podían hacer unilateralmente. Sin embargo, sí que ofrecía una guía, el núcleo de la autodeterminación había quedado fijado en la necesidad de que el pueblo pudiera expresarse de manera libre y genuina. Ateniéndose a esta guía, las tres repúblicas bálticas celebraron referendos sobre la independencia. El de Lituania, en febrero de 1991, con un apoyo a la independencia del 90,47%, el de Letonia en marzo de 1991 con un apoyo del 73,68% a la independencia y el de Estonia, en marzo de 1991 con un apoyo del 77,83% en la restauración de la independencia.

               Estos referendos se hicieron contra la voluntad de la Unión Soviética, entonces liderada por Gorbachov, quien estaba intentando impulsar un referéndum en toda la Unión, el cual fue boicoteado por las repúblicas bálticas. Es interesantísimo seguir la crónica del referéndum sobre la independencia de Lituania narrada por Herman Tertsch en El País donde explica como el presidente Vitas Landsbergis seguía el referéndum desde el Parlamento donde vivía desde hacía 3 semanas protegido por barricadas y milicias armadas. A pesar de las amenazas soviéticas, no se produjeron incidentes y el ejército soviético no intervino.

               Referendums, pues, unilaterales, que a pesar de la oposición de la URSS y la presencia del ejército se pudieron hacer, con carencias (por ejemplo sin presencia de observadores internacionales oficiales), pero se pudo asegurar que el resultado había sido limpio, y las autoridades soviéticas no pudieron hacer acusaciones de falta de limpieza.

          Después de la victoria a los tres referéndums se hicieron las declaraciones de independencia. La primera la de Lituania de ratificación de la independencia el 11 de febrero de 1991, la segunda la de Estonia el 20 de agosto de 1991 y la última la de Letonia el 21 de agosto de 1991. La mayoría de reconocimientos internacionales llegaron después del golpe de Estado en la URSS de agosto de 1991, con alguna excepción como la de Islandia que lo hizo antes.

          (Texto publicado en www.elisendapaluzie.wordpress.com)

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