Unas palabras políticas de Francisco sobre Catalunya, Escocia y Europa mientras regresaba de Armenia en avión serán interpretadas de manera parcial en ámbitos políticos y mediáticos españolistas. Es lógico, por tanto, emitir algunas puntualizaciones al discurso papal.
1. El Papa afirma: «Si recuerda usted Catalunya, el año pasado Escocia… Estas divisiones no digo que sean peligrosas, pero digo que debemos estudiarlas bien». Hay que dejar constancia de que la Doctrina Social de la Iglesia Católica propugna y defiende los derechos y las libertades de las personas y de los pueblos o naciones. Catalanes y argentinos, como Jorge Mario Bergoglio, son personas. Catalunya y Argentina de Bergoglio son naciones. Argentina se independizó de España. Catalunya tiene el mismo derecho que Argentina para continuar su propio proceso soberanista o de independencia que, en este caso, es democrático, pacífico, libre y solidario. Francisco puede poner el proceso catalán como un ejemplo en el mundo.
2. El Francisco dice: «Para mí, la unidad es siempre superior al conflicto: ¡siempre! Pero hay varias formas de unidad (…) Esto significa dar más independencia, dar más libertad a los países de la Unión». De acuerdo. Hay varias formas de unidad. Hay una unidad impuesta por la fuerza en que un pueblo queda dependiente y subordinado a otro. Esta es una falsa unidad que genera conflictos. Pero hay otra unidad entre los pueblos, de igual a igual, basada en la libertad y con respeto a cada nación. En este caso se establece una relación entre pueblos soberanos que es más dialogante, más libre y más solidaria. Este es el objetivo del proceso catalán que quiere una Catalunya libre, solidaria y soberana en la Europa del siglo XXI.
3. Las referencias de Francisco al caso catalán confirman que Catalunya figura en la agenda de la diplomacia internacional, incluida la vaticana. La Santa Sede debe estar bien informada. Su fuente de información no puede ser sólo la de los ministros José Manuel García-Margallo y Jorge Fernández Díaz. El primero provoca risas con sus «margalladas» o frases estrafalarias sobre el soberanismo catalán. El segundo es un personaje desacreditado por sus peregrinaciones al siniestro Valle de lo Caídos franquista y por sus siniestras conversaciones con Daniel de Alfonso (jefe de la Oficina Antifraude) que tienen el objetivo de destruir a sus adversarios políticos.
4. La Santa Sede tiene otras fuentes para conocer de primera mano cuál es la realidad social, económica, cultural, institucional, política, religiosa y eclesial de Catalunya, incluyendo su proceso soberanista. El president de Catalunya, su Govern, el conseller d’Afers Exteriors, el director general d’Afers Religiosos están a disposición de la Santa Sede. Francisco también puede contar con la documentación del episcopado catalán sobre este asunto, los abades de Montserrat y Poblet, de la Unió de Religiosos de Catalunya y de numerosas entidades seglares de la comunidad eclesial catalana.