San Josep de Calassanç ya defendía la nación catalana en el siglo XVI

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     Catalunya es una nación con derecho a la soberanía. Esta es una convicción mayoritaria del pueblo catalán desde hace cientos de años y hoy expresada en la calle, en las urnas y en las instituciones. No es un sueño de hace cuatro días, ni una manía de Artur Mas, ni una singularidad como dice Pedro Sánchez.

     Por ejemplo, San Josep de Calassanç ya defendía la nación catalana en el siglo XVI contra actuaciones adoptadas por el poder real y la jerarquía eclesiástica.

     «Ahora que algunos quieren insinuar que la nación catalana es un invento reciente de los independentistas, evoco una anécdota de la vida de San Josep de Calassanz bien ilustrativa», escribe el sabio escolapio Ramon M. Nogués en el quincenal «El Pregó».

     El sacerdote catalán Josep de Calasanz (Peralta de la Sal, 1557o / Roma, 1648) fue el fundador de las Escuelas Pías. Ya en aquella época había una ofensiva que hoy se diría de españolizar Cataluny Nogués explica: «Calassanç, como secretario del obispo de Urgell, asiste a la visita canónica en Montserrat, donde conoce las violencias asociadas al intento de castellanización del monasterio iniciado por los Reyes Católicos, que forzaron del Papa Alejandro VI la sujeción de Montserrat, rebajado a priorato, a la obediencia de Valladolid. Esta política fue continuada por el emperador Carlos y por Felipe II. Estas violencias, que promovían la entrada en Montserrat de novicios de Salamanca y Valladolid y impedían las entradas de catalanes , llegaron a generar disturbios graves «.

     Calassanz toma postura a favor del pueblo catalán. Así se demuestra en cartas que envía a responsables de la Iglesia. Explica el padre siciliano Melchor Alachi que rige una casa escolapia en Guissona: «La nación catalana no tiene igual en el mundo para quien se lleva bien. Y todo lo contrario para el que se lleva mal». Insiste en otra carta: «La nación catalana es singular en benevolencia para quien se lleva bien, porque son personas prácticas y de gran juicio y prudencia, como vuestra reverencia lo experimentará si se comporta con ellos con las cualidades de un buen religioso «.

          (Artículo publicado en www.tribunacatalana.cat)

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