Muerte y vida del hombre Jesús en el siglo XXI

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«¿Qué significa la muerte de Jesús por nosotros?” es uno de los 235 puntos de “La fe cristiana. Una sabiduría abierta al mundo de hoy” del alemán Gerd Theissen, teólogo cristiano y pastor evangélico.

2.- Jesús fue condenado y crucificado. Fue víctima de conflictos entre dominadores y dominados, el campo y la ciudad, los pobres y los ricos. Sufrió en medio de un Dios escondido. Gritó: «Dios mío, Dios mío, ¿por qué me has abandonado?» Quería gritar desesperado: ¿por qué me has abandonado? ¿Qué sentido tiene ese sufrimiento? Justamente esta carencia de sentido tiene un sentido para nosotros. Por la muerte de Jesús, Dios nos asegura: no os abandono nunca, tampoco en el eclipse de Dios.

3.- Muchos creían que Jesús sería el nuevo rey. Con él empezaría un mundo en paz y libertad. Pero Jesús no quería dominar. Él decía: “Quienes figuran como gobernantes de las naciones, dominan como si fueran dueños. Pero entre vosotros no debe ser así. Quien quiera ser el primero, que se haga el último de todos”. Con su muerte en cruz, Jesús se hizo el último de todos. Justamente por eso murió por nosotros. Dios anuncia por su muerte: yo escojo lo que en el mundo no vale nada; hago nada, lo que en él se tiene por mayor. Lo que vale en el mundo, para mí no vale nada.

4.- Cuando Jesús fue condenado, otro fue liberado, los discípulos huyeron, le traicionaron, le negaron. Trataron de salvar la propia vida, sacrificando la de Jesús. Su muerte fue vida para muchos. Los cristianos confiesan: Jesús murió no sólo por quienes le traicionaron. Murió por nosotros. Murió por todos. Que haya hombres que dejen que otros mueran por ellos, no es motivo de salvación. Es la perdición que pide redención.

5.- Más allá de los límites de la muerte oímos el mensaje: el pecado es dejar que otros mueran por uno. Sin embargo, por la muerte de Jesús, Dios anuncia: de este pecado, os quiero liberar. Vosotros no estáis condenados a vivir a costa de otros. Vosotros podeis vivir a favor de otros. Pues también Cristo no sólo murió, sino que también vive por vosotros. Por eso vosotros también podéis vivir, y ser en vida para los demás.

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