Partidos españoles putrefactos y significativo silencio real

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Los partidos españoles, no los catalanes, propician un estado en putrefacción acelerada en España. “Putrefacto: en estado de putrefacción. / Putrefacción: acción de pudrirse o pudrirse, especialmente las sustancias orgánicas muertas” (Diccionari de la llengua catalana).

 2.- La batalla fratricida entre Pablo Casado e Isabel Diaz Ayuso es el Españaznar. José Maria Aznar es el franquista que acusa a catalanes de querer exterminar el castellano. Lo dijo en el franquista y complacido Círculo Ecuestre de Barcelona. La realidad del exterminio está asociada al nazismo de Adolf Hitler, gran amigo y avalista del dictador Francisco Franco. El desacreditado Aznar es aquel que engañó a la ciudadanía al decir que había armas de destrucción masiva para justificar la guerra en Irak.

 3.- Pedro Sánchez, dicen, está fumando en pipa al ver cómo se destrozan entre sí quienes quieren destruirlo. ¡Qué patriota! Más bien debería reconocer que el PSOE es Españagal… hasta el punto de que un personaje de su máxima confianza, Josep Borrell, sostiene que la solidaridad con los condenados por terrorismo de estado, como José Barrionuevo y Rafael Vera, «forma parte de mi proyecto político». Un demócrata debería descartar toda tentación de los GAL, acabar con la represión y cerrar las cloacas del estado.

 4.- La tercera pata es VOX de Santiago Abascal. Es la spaña ultrafranquista sin complejos. Un partido sin presente ni futuro en la Europa de la democracia, las libertades y el antifascismo. ¿Y qué decir del Ciudadanos de Albert Rivera en demolición? Fue niebla tóxica convertida ahora en la Españafum.

 5.- La Españaznar, la Españagal, la Españaultrafranquista, la Españafum desacreditan aún más al régimen español (instituciones, aparatos judicial y policial, partidos políticos, sistema mediático ). ¿Respuesta real? Ningún discurso desde el Palacio de la Zarzuela como el que Felipe VI hizo (5 octubre 2017) sobre Catalunya y contra el soberanismo democrático y pacífico. Ningún comentario del padre de Felipe VI, Juan Carlos I, desde el super lujoso Abu Dabi. ¿Sorprende o no ese silencio real? En cualquier caso, es significativo.

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