Impactante experiencia crítica de Dalmases (Junts) en Afganistan y la retalibanización

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Francesc de Dalmases (diputado de Junts) expone en un hilo de twits su impresionante experiencia en Afganistan, donde vivió con un grupo de catalanes, y se refiere a la actual retabilanización.

1.- 14 de noviembre de 2001. La Alianza del Norte ocupaba Kabul y expulsan los Talibanes con el apoyo de las tropas aliadas. Algunos catalanes lo vivimos desde el mismo Afganistán y desde la zona tribal, en la frontera con Pakistán.

2.- Más allá de los análisis geoestratégicos más o menos interesados, y necesarios, vivimos el regreso de la música, los chicos jugando con estrellas, y de las escuelas con chicos y chicas. Vivieron emociones indescriptibles con la población refugiada que vislumbraba un hilo de luz.

3.- Pero desde aquel momento, también, se cometió el error de inundar con dólares y viagra, -sí, toneladas de viagra- los viejos señores de la guerra y de hacer la vista gorda con el tráfico de opiáceos. Todo cambiaba pero de fondo no cambiaba nada.

4.- Sí, había música, estrellas y educación sin distinción de sexos, que no es poco. En veinte años, los dólares han disminuido y el yuan ha entrado con fuerza. No sólo calmando los señores de la guerra sino con una mayor visión estratégica.

5.- El gobierno chino ha invertido y ha hrecho posible infraestructuras esenciales para estar en posición dominante cuando los aliados se fueran. Y cuando han marchado, añadirán un Estado más a su mapa de dominio.

6.- China no guarda ni las formas, y no le preocupa nada el fin de la música, las estrellas, la educación de las mujeres o los códigos de vestimenta. Y eso es lo que pasa estos días mientras estamos en la playa, la retalibanització acelerada del país porque no han dejado de estar nunca.

7.- Nota no necesariamente esperanzadora pero irrefutable: ninguna potencia extranjera ha dominado nunca Afganistán en época contemporánea. Huyeron por piernas británicos y soviéticos. Y ahora se han ido los aliados.

8.- El próximo capítulo son los chinos, pero los afganos que vivirán peor y con menos derechos serán los de siempre, los más miserables. Ni estrellas, ni música, ni escuela ni el peinado ni la ropa que quieran. Y esta vez ni una triste conferencia internacional.

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