El mensaje valiente del Papa ante el poder no es el del cardenal Omella

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Las declaraciones políticas del cardenal español J. J. Omella en defensa del desacreditado régimen español y de desprecio a los exiliados y presos políticos catalanes y miles de perseguidos son reprobables por los cristianos y personas de buena voluntad que quieren ser fieles al Evangelio de Jesús.

1. Día 2 de octubre. Isabel Turull, cristiana y hermana del encarcelado Jordi Turull, publica en el diario «ARA» una carta abierta que constituye una fundamentada denuncia evangélica contra el cardenal Omella, presidente de la Conferencia Episcopal Española.

2. Día 6 de octubre. Omella inventa un Antievangeli cuando, contra el espíritu de Jesús, afirma que «no puedo visitar a los presos de otra diócesis; los obispos visitan las cárceles de su diócesis «. Omella, sin embargo, se salta los límites diocesanos cuando justifica las actuaciones de Juan Carlos I, impuesto por el dictador Francisco Franco como rey y que ahora es un fugado debido a oscuros asuntos económicos y de amantes, o faldas, o adulterios. Omella también dice que España es un país democrático pero no explica cómo es posible que una democracia tenga exiliados y presos políticos, cloacas del estado, guerra sucia, violación de los derechos humanos. ¡Qué vergüenza, cardenal Omella!

3. Día 7 de octubre. El Papa Francisco se refiere en la audiencia general en la plegaria  y a la acción de los cristianos ante el poder. Francisco no pone como ejemplo a personajes como Omella. Pone como ejemplo al profeta Elías de quien dice que procede «de un pueblo muy marginal» y que «toda la vida es un hombre recto, incapaz de compromisos mezquinos». Francisco emite un mensaje que no es el de Omella. Explica: «Elías es el hombre de vida contemplativa y, al mismo tiempo, de vida activa, preocupado por los acontecimientos de su tiempo. Elías es capaz de enfrentarse al rey y a la reina, después de que ellos hubieran hecho matar Nabot para apoderarse de su viña. ¡Cómo necesitamos que haya creyentes, cristianos llenos de entusiasmo, que actúen ante las personas que tienen responsabilidad de dirección con el coraje de Elías, para decir: «Esto no se debe hacer! Esto es un asesinato! «. Necesitamos el espíritu de Elías».

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