La Vanguardia. Lecciones (?) y salidas de tono

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La Vanguardia da lecciones pero no acepta recibirlas, critica salidas de tono de los demás pero el mismo diario las practica.

1. El periodista Francesc Bracero escribe «El colega del quinto» en la sección diaria de crítica televisiva de LaVanguardia pero no hace crítica televisiva en este texto y, en cambio, da lecciones de periodismo con menosprecio a un periodista y a un diario sin atreverse a dar los nombres. Se refiere al excelente periodista Àlex Gutiérrez que cada día escribe crítica periodística de manera respetuosa y bien argumentada. Lo hace en el «Ara,  diario nacional catalán de alta calidad y no servil con el poder español. Bracero no es coherente porque está en contra de que otro diario haga crítica diaria periodística mientras que La Vanguardia hace cada día crítica televisiva. Bueno, critica todas las televisiones, sobre todo  TV3, pero no critica a 8TV. Bracero también relaciona el «Ara» y la Generalitat pero no dice ni pío de las subvenciones que el diario de los Godó recibe de las administraciones públicas. Bracero debería aplicarse a sí mismo lo que exige a los demás: «En cualquier profesión, dar lecciones a los demás se puede girar contra quien las imparte».

2. También Màrius Carol, director de La Vanguardia, ha de aplicarse las lecciones que imparte. En el artículo «Salidas de tono» critica el lenguaje del diputado independentista Gabriel Rufián en la comisión investigadora de la Operación Cataluña. Carol escribe: «Rufián dejó a caldo Daniel de Alfonso, el ex jefe de la Oficina Antifraude, llamándole desvergonzado, mafioso y conspirador, para terminar despidiéndose con esta sentencia: ‘Hasta después gángster, nos vemos en el infierno «. El periodista y humorista Josep M. Mainat lo ve de otra manera en este tuit: «O sea, no crispa quien destroza la sanidad de todo un país sino que les dice que son unos gángsters. ¡Qué pimientos!».

3. Màrius Carol acepta salidas de tono en el diario que aún dirige. Uno de sus colaboradores estelares, el españolista Gregorio Moran, escribe con lenguaje vomitivo. Califica a Pilar Rahola de «berganta» (granuja, mala persona). A Francesc Homs de «inefable», «paleto», «desvergonzado». A Oriol Junqueras de «beato Junqueras». A Carme Forcadell de «una especie de señorita teresiana». Al escritor Jaume Cabré de «oficinista patriótico». A los soberanistas de practicar «charlotadas de parafernalia independentista». Escribe de Omnium Cultural: «Omnium es el núcleo vivo y fuerte de racismo y del reaccionarismo en Catalunya». Describe Catalunya: «La sociedad catalana, de un tiempo a esta parte, se desliza hacia la intemperancia, primer paso de la intransigencia y las paranoias (…) La sociedad catalana está enferma. Se debería solicitar un cortejo de psicoanalistas». Está en sintonía con otro colaborador estelar, el españolista José Antonio Zarzalejos, que escribe sobre el soberanismo catalán que es «otra convulsión epiléptica».

4. ¿Salidas de tono? Lenguaje indecente, vomitivo.

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