No, obispo de Vic, el aborto no es un genocidio

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El obispo de Vic, Romà Casanova, escribe sobre «los hijos que hemos matado con el ‘genocidio’ del aborto». No, obispo Romà, el aborto no es un genocidio.

1. Confundir aborto y genocidio frivoliza las situaciones existenciales que se sufren en torno de la vida humana. El mismo obispo Casanova se da cuenta de esta resbalón y por eso escribe «genocidio» entre comillas. Genocidio, según el Diccionario de la Lengua Catalana, es «el exterminiuo de un pueblo, de un grupo étnico».

2. El Papa Francisco habla de genocidio cuando se refiere, entre otros, a casos de África, Stalin, Hitler, Armenia. Y Armenia es el primer pueblo cristiano de la historia, gracias a la misión de San Gregorio el Iluminador en 301. La Facultad de Teología de Catalunya celebró una sesión en recuerdo del genocidio armenio. Uno de los asistentes, el embajador armenio Abeto Adonts, recordó que el origen jurídico de la palabra «genocidio», recogida en el Código Penal Internacional, corresponde a «cualquier acto perpetrado con la intención de destruir total o parcialmente un grupo nacional, étnico, racial o religioso como tal».

3. Otra realidad problemática es el aborto. Hay que tratarlo, desde una perspectiva ética y cristiana, con cuidado. El teólogo Gaspar Mora, autor de «La vida cristiana. Teología moral fundamental», lo hace de manera pedagógica, delicada y respetuosa. «Hay que plantear la temática del aborto -explicó en una conversación periodística- de la manera más objetiva, serena y comprensible posible (…) La gran cuestión es el hecho social de la mujer que aborta, los miles de mujeres en todas las circunstancias que deciden abortar hoy, mañana, pasado mañana. Cabe preguntarse ¿por qué lo hacen? ¿Qué les impulsa a tomar esta decisión? Es un mal personal y social (…) Esto es lo que tenemos que considerar para realizar un verdadero planteamiento ético y socia «.

4. ¿Cuál debe ser la actitud de la Iglesia? ¿Condenatoria ?. «Propugnar la condena -explica Gaspar Mora- como solución está fuera de lugar. ¿Qué solución es una reiterativa palabra condenatoria por los miles y miles de abortos? No tiene ningún sentido. No es una salida. La condena no responde al mensaje ni a la misión de la Iglesia en nuestro mundo. La actitud de la Iglesia no es condenar. La Iglesia no es enviada a condenar nada. Jesús envía a los suyos a amar y salvar. El hecho de estar en situaciones graves no justifica abandonar el Evangelio y dedicarse a condenar (…) El aborto es un hecho grave porque suprime la vida de una persona, y la persona que opta por suprimirla queda marcada porque sabe que decide sobre una cuestión muy seria».

5. Una última cuestión. La síntesis sería: ¿no al aborto, sin condenar las personas ?. Respuesta de Gaspar Mora: «Sin condenar hay que buscar la forma de afrontar el problema e intentar resolverlo. El último paso es un sí. ¿A qué? Un sí a ayudar a las personas que sufren y que están en situación difícil. Un sí a las reformas sociales necesarias. Un sí a la vida».

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