La huelga de metro en la ciudad de Ada Colau no tiene nada que ver con el coito público de la otra noche en la estación del Liceu. La diputada cupaire Anna Gabriel aplaude este coito y considera que los que discrepan del mismo es debido a que tienen el coco comido por la Iglesia católica. Todo queda listo para que la desobediente Anna se monte un buen coito en el hemiciclo durante un pleno del Parlament.
El coito de la cupaire Anna Gabriel en el Parlament
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