Un obispo extraterrestre no entendería nada de Catalunya

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          El relevo  del cardenal Lluís Martínez Sistach como arzobispo de Barcelona puede producirse en cualquier momento. Ahora, una vez celebradas las municipales, o en el período que acaba de empezar hasta las elecciones catalanas, o después del 27S.

          El Vaticano para tomar una decisión acertada debe tener en cuenta la realidad de Catalunya, de su capital y de la Iglesia catalana. Los hechos y todas las elecciones demuestran que la realidad social, económica, cultural, histórica, institucional, electoral y eclesial de Catalunya es diferente de la de España. El proceso soberanista, democrático y pacífico, y sus implicaciones en el eje socio-económico, es una característica específica de la sociedad catalana. Un fenómeno sorprendente en toda Europa que se ha producido en la pasada campaña electoral es la irrupción pública de dos monjas, Teresa Forcades y Lucía Caram. Pero son dos casos muy diferentes. Forcades hace una apuesta claramente política y partidista. Caram es una opción eclesial y cívica.

          Todo ello tiene como consecuencia que cualquier persona alejada de la realidad de Catalunya que fuera nombrado obispo de alguna de las diez diócesis catalanas sería como un extraterrestre. No entendería nada de nada. En lenguaje evangélico, sería un pastor que no conocería sus ovejas. Sería un mal pastor.

          Si el Vaticano no comete el error de nombrar un extraterrestre como obispo, hay dos nombres que desde hace tiempo y de manera sistemática suenan en ámbitos eclesiales y periodísticos como posibles obispos de Barcelona. Sebastià Taltavull (1948), obispo auxiliar de Barcelona, ​​y Joan Enric Vives (1949), arzobispo de la Seu y copríncipe de Andorra. Ambos conocen la archidiócesis barcelonesa y toda su complejidad. Tienen experiencia. Son prácticamente de la misma edad y tienen por delante una década de misión pastoral. Taltavull destaca como pastor. Vives, como hombre de gobierno. Los expertos sostienen que la archidiócesis precisa en las circunstancias actuales y en el futuro inmediato de un obispo que sea a la vez buen pastor y buen hombre de gobierno. Una síntesis de Taltavull y de Vives. ¿Por qué no un tándem episcopal?

          (Artículo publicado en www.tribunacatalana.cat)

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