El hilo directo entre el Papa y el cardenal Sistach tranquiliza la Iglesia en Barcelona

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          El papa Francisco mantiene hilo directo con Lluís Martínez Sistach, cardenal arzobispo de Barcelona. Esta buena noticia tranquiliza a la Iglesia en Barcelona y Catalunya. Hay que tener en cuenta que el Santo Padre tendrá que hacer pronto nombramientos episcopales y tomar decisiones que afectan a las diócesis de una Catalunya que vive un democrático y pacífico proceso soberanista pero acosado por el centralismo españolista.

          El último encuentro entre Francisco y Martínez Sistach ha sido una audiencia privada el lunes, 26 de enero, en la Ciudad del Vaticano a petición del arzobispo de Barcelona. Es un ejemplo más del hilo directo existente entre el Vaticano y Catalunya. El cardenal Martínez Sistach y la Iglesia barcelonesa y catalana sintonizan con el Papa, y el Papa se fía de Sistach y de lo que él representa.

          El arzobispado de Barcelona ha informado de que, en esta audiencia, el cardenal ha explicado con detalle al Papa el Congreso internacional de pastoral de las grandes ciudades celebrada en Barcelona, su aplicación y la creación de la «Fundación Antoni Gaudí para las grandes ciudades». Esta audiencia, según el arzobispado, «también ha permitido analizar diferentes temas relacionados con la Iglesia archidiocesana de Barcelona». Razonable es pensar que una de estas cuestiones es el del relevo del propio Martínez Sistach. Un relevo que se producirá cuándo, cómo y con quien decida el Papa, asesorado por Martínez Sistach, y prescindiendo de los intereses políticos y partidistas del Gobierno español.

          La conexión Francisco/Sistach compensa las versiones sobre la Iglesia de Barcelona y de Catalunya emanadas de la nunciatura papal en Madrid, de los sectores españolistas del episcopado, de los poderes mediáticos madrileños, del ultra catolicismo catalán minoritario pero con griterío  y de las presiones ejercidas por el Gobierno español. Las presiones gubernamentales son realizadas sobre todo por un ministro como Jorge Fernández Díaz que se presenta como un devoto católico pero que cada vez está más desacreditado en el Vaticano debido a su más que discutida gestión como titular de la cartera de Interior.

          (Texto publicado en www.tribuna.cat)

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