Vaticano y Catalunya, Noviembre’2014

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1. Los catalanes que consideran que Catalunya es un pueblo, ¿hay algún catalán que diga que no lo es?, deben sentirse moralmente fortalecidos por las palabras del papa Francisco en el Parlamento europeo (ver foto). El discurso papal fue pronunciado el 25 de noviembre, dos semanas después del 9N.

2. El discurso del Papa no ha sido destacado por los medios de comunicación unionistas afines al soberanismo español y contrarios al soberanismo catalán. Significativo.

3. Francisco, como cristiano y desde la perspectiva vaticana, defiende la realidad de los pueblos en la Unión Europea de los 28 Estados actuales y en constante proceso de ampliación. Francisco recuerda a Juan Pablo II: «Se está cumpliendo el deseo de que Europa, dándose soberanamente instituciones libres, pueda un día ampliarse a las dimensiones que le han dado la geografía y aún más la historia». También recuerda la firme convicción de los padres fundadores de la UE a favor «de la paz y la comunión entre todos los pueblos del continente». Francisco apela a «velar por la fragilidad de las personas y de los pueblos«.

4. El papa Francisco afirma que «Europa es una familia de pueblos». Expone a los eurodiputados «la exigencia de hacerse cargo de mantener viva la democracia, la democracia de los pueblos de Europa». Indica que «mantener viva la democracia en Europa exige evitar tantas ‘maneras globalizantes’ de diluir la realidad». El Papa católico demuestra que catolicismo, universalismo e identidad son conceptos y realidades que se implican mutuamente. Dice: «Ser conscientes de la propia identidad es necesario también para dialogar de manera propositiva con Estados que han solicitado entrar a formar parte de la Unión en el futuro (…) La conciencia de la propia identidad es indispensable en las relaciones con los demás países vecinos».

5. El soberanismo catalán, especialmente los católicos catalanes soberanistas, puede legítimamente reforzar su postura a partir de esta exposición del Papa. ¿Por qué? Porque los pueblos, como Catalunya, necesitan disponer de un Estado propio o serán frágiles en la globalización del siglo XXI. El soberanismo es hoy el planteamiento catalanista que supera el nacionalismo.

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