CARITAS. Amor inseparable a Dios, a los otros, a uno mismo

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Cáritas y su acción humanitaria es una de las mejores caras de la Iglesia católica ensuciadas por asuntos como el nacionalismo catolicismo, el autoritarismo, los abusos sexuales… Sus colaboradores actúan desinteresadamente y desde el anonimato al servicio de miles de personas que necesitan calor humano, apoyo, pan para vivir. A veces se hacen presentes en centros comerciales para que los clientes hagan aportaciones de aceite, leche, latas de atún y sardinas…

2.- Las administraciones son las que tienen la principal responsabilidad para dar una justa respuesta social. Pero la administración catalana, todavía autonómica, está maniatada en los ámbitos político, económico y jurídico por un régimen español cada vez más y más centralizado. Instituciones como Cáritas, en cualquier caso, son necesarias para realizar la política consistente en que «de mica en mica s’omple la pica», y de que quien tiene hambre tenga hoy pan y quien tiene sed tenga hoy agua

3.- La regla de oro es el principio ético de culturas y religiones inscrito en la condición humana. Esta regla de oro también figura en el cristianismo, e impulsa a Cáritas. Estas son palabras de Jesús: “Haced a los demás todo lo que queréis que ellos os hagan. Éste es el resumen de la Ley y los Profetas” (Mateo 7, 12). Pero Jesús todavía va más a fondo y une el amor a Dios y a los demás al amor a uno mismo. “Un fariseo, maestro de la ley, preguntó a Jesús: Maestro, ¿cuál es el mandamiento más grande de la Ley? Jesús le dijo: Ama al Señor, tu Dios, con todo el corazón, con toda el alma y con todo el pensamiento. Este mandamiento es el mayor y el primero. El segundo se le parece: Ama a los demás como a ti mismo. Todos los mandamientos de la Ley y de los Profetas dependen de estos dos” (Mateo 22, 34-37). Los tres amores son inseparables y se implican mutuamente.

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