Fe desde el exilio y sin fronteras

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La vida y la tarea teológica de John Shelby Spong (16 de junio 1931/12 de septiembre 2021), obispo estadounidense de la Iglesia Episcopal, han sido dedicadas a presentar la fe cristiana a los creyentes que viven en cualquier tipo de exilio y sin fronteras. Replanteamiento fundamental de la creencia cristiana, incluido el bíblico, alejada del teísmo y de las doctrinas tradicionales. Spong se retiró en 2015 a causa de un ictus.

2.- Con motivo de la muerte del cristiano Spong se ha publicado uno de sus textos más significativos … «Si Dios es la fuente de la vida, yo adoro a Dios viviendo. Si Dios es la fuente del amor, yo adoro a Dios amando. Si Dios es el fundamento del ser, yo adoro Dios teniendo el coraje de ser más enteramente humano; la encarnación del Divino (…) Dios no es Cristiano. Dios no es Judío, ni tampoco Musulmán o Hindú o Budista. Estos son sistemas humanos que hemos creado para que nos ayuden en nuestro camino hacia Dios. Yo respeto mi tradición, camino en mi tradición, pero no creo que mi tradición defina Dios; creo que sólo me apunta hacia Dios«.

3.- Estas palabras sintonizan con el espíritu del Evangelio, aunque no lo parezca. «Juan dijo a Jesús: ‘Maestro, hemos visto a uno que se valía de tu nombre para expulsar demonios y hemos tratado de impedirlo, porque no es de los que vienen con nosotros’. Jesús respondió: `No se lo impidáis. Nadie que en mi nombre haga un milagro podrá luego hablar mal de mí. Quien no está contra nosotros, está con nosotros. Cuaquiera que os dé un vaso de agua debido a que sois de Cristo, en verdad os digo que no perderá su recompensa'» (Marco 9, 38-39)

4. Algunas consideraciones de Espai Sagrat, de los jesuitas… «Nadie que haga el bien no estará nunca, de hecho, en contra de Jesús (…) El Espíritu del Señor es libre y puede inspirar a cualquiera a hacer el bien, incluso en nombre de Jesús, sin ser de los que nosotros consideramos miembros de pleno derecho de nuestra comunidad. Jesús es muy abierto con estas personas (…) El Dios de quien nos habla Jesús, su Abba, es el Dios siempre mayor, que cuestiona nuestras pequeñeces; el Dios Absoluto (en mayúsculas), que relativiza nuestros pretendidos ‘absolutos’ (en minúsculas); el Dios que se encuentra en todas partes, incluso (o especialmente) allí donde menos nos pensaríamos encontrarlo; el Dios que nos hace salir de nosotros mismos, en un constante éxodo hacia Él y hacia nuestros hermanos y hermanas, especialmente los que más nos necesitan (…) Ante la intemperancia de los discípulos, Jesús se muestra muy generoso. Hacer el bien será siempre acogido con benevolencia por Jesús (…) A la pregunta de los bienaventurados acogidos de cuando hicieron el bien a Jesús, éste les responde: cuando lo hicisteis con uno de estos pequeños que son los últimos, me lo hicisteis a mí. El mensaje es el mismo. Un mensaje de una magnanimidad sin fronteras. Nada más lejos de los sectarismos que muchas veces nos atan y limitan el alcance de nuestra actuación».

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