Ultracentralismo provinciano de Pedro Sánchez

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Un objetivo del aparato político, judicial y mediático del unionismo es desacreditar a los presidentes Artur Mas, Carles Puigdemont y Quim Torra … y fortalecer el ultra centralismo provinciano del presidente Pedro Sánchez.

1. El presidente Pedro Sánchez es tristemente previsible. Lleva siempre puestas las gafas oscuras de estado predemocrático. Lo ve todo en términos de españolización, ultra centralismo, provincianismi, autoritarismo, militarismo … La ciudadanía está acostumbrada a que adopte políticas que van en primer lugar contra cualquier decisión, acertada o equivocada, del Govern de Catalunya. La prensa internacional deja en mal lugar la gestión española de la crisis del coronavirus.

2. El Gobierno PSOE / Podemos de Pedro Sánchez, en contra del planteamiento acertado del Govern JxCat / ERC de Quim Torra, confina  tarde y mal, y ahora desconfina pronto y mal. Sánchez no hace caso de Torra que plantea un razonable desconfinamento de los menores en la calle en franjas horarias para evitar peligrosas aglomeraciones. Sánchez opta por la unidad territorial de la decimonónica provincia en lugar de la unidad territorial de la Catalunya moderna como plantea Torra. Y es que el español Sánchez menosprecia el constitucional estado de las llamadas autonomías. Hay otros casos que demuestran la irracionalidad del centralismo.

3. Sobre estas cuestiones habla Ernest Maragall en un encuentro virtual a www.elnacional.cat. ¿Los partidos nacionales españoles (PSOE / Podemos y el trifachito PP / VOX / CS) aprovechan la crisis del coronavirus para retornar a un estado predemocrático, centralista, autoritario …? Maragall contesta: «Si, es evidente. Emplean un lenguaje bélico que es una muestra de una concepción del Estado. Se aprovecha la situación de excepcionalidad para volver a crear un rol central y casi exclusivo en la toma de decisiones. Hablan de coordinación pero ellos toman todas las decisiones y se niegan sistemáticamente a tener en cuenta el conocimiento, la capacidad y la proximidad que el Govern de Catalunya y las administraciones territoriales tienen sobre su propia realidad. Es muy mala señal. Si lo contrastamos con las prácticas de otros países europeos con estructuras más federales nos damos cuenta del error que cometen, Lo peor es que no es sólo un error. También es una advertencia».
4. Maragall concluye: «En estas condiciones se está agravando la calidad democrática. Nos da más  razones  para expresar nuestro proyecto de emancipación como país y como sociedad aquí en Catalunya. Es una evidencia de lo que significa no ser Estado o estar obligados a aceptar la integración en un Estado que se manifiesta de esta manera. Es un estímulo magnífico para nuestro proyecto de libertad».

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