Estimado obispo JJ. Usted, Juan José Omella, como nuevo arzobispo de Barcelona, haría bien de atender unas sugerencias lingüísticas que un obispo del pueblo como Joan Carrera (1930-2008) formuló hace 30 años.

Joan Carrera, cinco años antes de que fuera nombrado obispo auxiliar de Barcelona (1991), hizo llegar unas sencillas sugerencias a un buen cristiano castellanohablante que le pedía consejos sobre los caminos más adecuados para adentrarse en la comunidad catalana. Carrera le planteó, en síntesis, cinco sugerencias que siguen siendo válidos.

1) «Conviene proponerse descubrir el alma del país».

2) Carrera explicaba que podían ayudar algunas lecturas. Citaba algunas de Josep M. Puigjaner, Adriana López Garrido, Jaume Vicens Vives, Maurici Serrahima. Añadía: «Y no hace falta decir que un texto indispensable aquí, sobre todo para los católicos, es el documento de los obispos catalanes ‘Raíces cristianas de Calalunya»

3) «Es importante darse cuenta de que la lengua es la clave de la familiaridad, de la plena connaturalidad. Uno es de casa en la medida que se acerca a la lengua del país «.

4) «Por eso tiene tanta importancia práctica adoptar, frente a la lengua catalana, una actitud receptiva, en un proceso que puede ser largo en algunos ambientes, pero que tiene que ir haciendo vía paulatinamente. El primer paso es descartar toda actitud de rechazo. Lo importante es haber decidido que el catalán es una lengua a aprender y, a partir de ahí, interesarse con simpatía «.

5) Joan Carrera concluía: «Un último sugerencia es fijarse en la extrema vulnerabilidad de la identidad y la cultura catalanas. Catalunya, como pueblo no ha resuelto definitivamente su pervivencia».

Cordialmente, O.D.

(Carta inspirada en un texto publicado en www.tribunacatalana.cat)