El Gobierno presiona fuerte para que el unionista y denunciado Omella sea obispo de Barcelona

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1. El Gobierno español presiona muy fuerte en el Vaticano para que el unionista Juan José Omella (Teruel, 1946), obispo de Calahorra-La Calzada-Logroño, sea arzobispo de Barcelona, ​​en sustitución del cardenal Lluís Martínez Sistach. El Gobierno constitucional de Mariano Rajoy actúa como en la dictadura franquista.

2. Omella es el hombre preconizado desde hace más de un año por los aparatos político, mediático y eclesiástico españoles. Cuenta con el apoyo de cardenales de significado activismo españolista como Antonio María Rouco y Antonio Cañizares. Y recibe el ánimo de ultracatólicos como Germinans.

3. Hace cinco meses, el abogado Eduardo Ranz, especializado en memoria histórica y derechos humanos, presentó una denuncia contra el obispo Omella, por mantener simbología franquista en la fachada de la catedral logroñesa de La Redonda. La inscripción indica: «España vencedor del comunismo en la cruzada que levantó este día busca la paz del imperio por la unidad por la grandeza, por la libertad en el nombre  de Franco el Caudillo. Arriba España XVII-XVIII-XIX Julio MCMXXXVI «.

4. Sin embargo, algunos sectores moderados, como La Vanguardia, ponen de relieve que Omella es un personaje de carácter social como el Papa Francisco y que también habla catalán. ¡Como si en Catalunya no hubiera buenos sacerdotes y buenos obispos con carácter social como Francisco y que también hablan catalán!.

5. El hecho es que Omella defiende unas posturas contrarias a los intereses legítimos de Catalunya. Él es uno de los impulsores, ya desde 1999, de la ofensiva aragonesa contra los bienes culturales de la diócesis de Lleida. Ha hecho discursos como este: «Aragón y Barbastro tenemos que ser tenaces. Adelante. Debemos conseguirlo. Tardaremos más o menos. Pero debemos ir adelante. Conseguiremos para Aragón las obras de arte sacro depositadas en el Museo diocesano y comarcal de Lleida «.

6. Omella también ha sido claro en la Conferencia Episcopal Española. Ha votado, como Rouco y Cañizares, a favor de la unidad de España como «un bien moral a preservar». Así se desmarca de los obispos catalanes que siempre defienden la legitimidad de la reivindicación nacional de Catalunya y del soberanismo, según la Doctrina Social de la Iglesia Católica.

 

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